CONCEPCIÓN.- Juan María Posse, de la clase A-6, acariciaba un triunfo casi seguro al mando de su Fiat Regatta cuando sucedió lo impensado. En una curva de la quinta prueba especial que unía El Corralito con Yánima perdió el control de su auto. La máquina chocó contra un montículo de tierra, se fue hacia una acequia profunda, cayó con las ruedas hacia arriba y quedó totalmente destruida.
“Hasta la jaula de protección se quebró. Es increíble que se hayan salvado”, comentó un testigo del percance. Posse y su acompañante, Pablo Molina, salieron del coche por sus propios medios y muy doloridos. Pablo Morán que lo secundaba dijo que no vio el accidente y por esa razón siguió en competencia.
Fue el piloto José Aybar, que venía más atrás, el que advirtió lo sucedido y quien alertó a los organizadores. De inmediato se procedió a la suspensión de la prueba. Posse y Molina fueron trasladados desde el hospital local al de Concepción. Según su padre, Raúl Posse, tanto su hijo como Molina acusaban dolores en el pecho y otras partes del cuerpo y aunque estaban fuera de peligro anoche eran sometidos a distintos estudios para descartar lesiones internas. (C)